Hoy, 30 de marzo, se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. No es una fecha para celebrar, sino para reivindicar los derechos laborales de un sector precario y altamente feminizado. Las personas que desarrollan su trabajo en el ámbito doméstico, en su mayoría mujeres, se enfrentan a diversas dificultades y obstáculos derivados de la falta de regulación y legislación laboral en este sector, entre ellas se encuentran los bajos salarios, condiciones laborales precarias y la violencia.
Es necesario garantizar los derechos de las personas que trabajan en el ámbito doméstico. De esta forma, se contribuirá a la reducción de las desigualdades y brechas de género entre mujeres y hombres. Es indispensable que el trabajo doméstico sea un trabajo decente.
Bajos salarios
Las trabajadoras y los trabajadores domésticos se encuentran entre los grupos laborales peor remunerados en el mundo. Frecuentemente, formar parte de la economía informal de los países. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 21,5 millones de personas trabajadoras del ámbito doméstico no ganan el salario mínimo. Establecer un salario mínimo reconoce la contribución económica que realizan estas personas, en su mayoría mujeres y visibilizaría el valor de su trabajo para la sociedad.
La falta de regulación de sus salarios, tiene un impacto negativo, además, en su jubilación y puede llevar a este grupo de personas trabajadoras a caer en riesgo de pobreza.
El Convenio 189 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos de la OIT, promueve que los países adopten medidas que aseguren que las personas trabajadoras del ámbito doméstico se beneficien de un salario mínimo. Asimismo, hace un llamado para que el pago sea directamente en efectivo, en intervalos regulares y, como mínimo, una vez al mes.
Condiciones laborales precarias
Las personas trabajadoras del ámbito doméstico suelen tener jornadas de trabajo largas, no tienen garantizados las horas o días de descanso y, con frecuencia, son víctimas de explotación laboral y falta de libertad de movimiento. Puede llegar a ser complicado vigilar que se cumplan las normas laborales, especialmente si la persona trabajadora vive en el mismo hogar en el que trabaja. La carga mental de su jornada laboral puede llegar a tener implicaciones en la salud física y mental de las personas trabajadoras.
A pesar de esto, según la legislación vigente, la jornada máxima semanal deberá ser de 40 horas de trabajo efectivo. En el caso de que estas horas fueran excedidas, las persona trabajadora tiene derecho a compensación por un periodo de vacaciones o por retribución económica. Asimismo, se garantiza un descanso diario de las personas trabajadoras internas y 30 días naturales de vacaciones anuales.
Violencia contra las mujeres
El estudio «Swept Under the Rug: Abuses against Domestic Workers Around the World” (Oculto bajo la alfombra: Abusos contra trabajadoras domésticas en todo el mundo) de Human Rights Watch, concluye que millones de mujeres trabajadoras domésticas a nivel mundial se encuentran atrapadas en situaciones de trabajo forzado, son traficadas o trabajan en condiciones similares a la esclavitud.
El sindicato Comisiones Obreras informó que, en 2017, el 37% de los casos que atendieron fueron de mujeres trabajadoras domésticas víctimas de violencia en el domicilio en el que trabajan. Se estima que el abuso y violencia que sufren, incluyendo físico, mental y sexual, se debe a la falta de mecanismos de denuncia, carencia en protecciones legales y restricciones de la libertad de movimiento.
En el Observatorio de Igualdad y Empleo han realizado diferentes publicaciones de contenidos entre 2l 28 y 30 de marzo, publicadas en varios canales de comunicación de Fundación Mujeres. Te recomendamos que consultes la página web oficial de la campaña #TrabajoDomésticoFM para conocer más información sobre el tema.
Publicación realizada para la campaña #TrabajoDomésticoFM con motivo del 30 de marzo, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar dentro del marco del proyecto DANA+, financiado por el Fondo Social Europeo – Programa Operativo de Inclusión Social y Economía que se desarrolla entre 2019 y 2023, y dentro del proyecto EI Empleo, financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.