La adolescencia temprana está marcada por la diversidad de cambios hormonales que afectan de múltiples formas a niños, niñas, adolescentes y jóvenes . Las personas que transitan en estas edades perciben cambios individuales, y en sus pares. De allí que exista una inquietud acerca de sus cuerpos, las sensaciones, y emociones que se activan cuando comienza su desarrollo sexual.
Presente del consumo de pornografía.
A partir de los 6 años los niños y las niñas sienten más interés por la desnudez de otras personas. A su vez se comienzan a interesar en imágenes o escenas de contenido sexual. El interés en conocer a las demás personas deviene a su vez, en la búsqueda de formas de conocer aquello que se muestra como íntimo, y en ocasiones vedado. A partir de ese deseo de conocer, la pornografía se ha convertido en una herramienta de acercamiento a los cuerpos ajenos, propios y a prácticas relacionadas con la sexualidad.
Según Save the Children en su informe (Des) información sexual: pornografía y adolescencia 2020, un estudio realizado con 1.753 adolescentes, afirma que el 53,8% vio pornografía por primera entre los 6 y 12 años. Por otro lado, el 46,2% consumió pornografía por primera vez entre los 13 y lo 17 años. A su vez el documento arrojó resultados acerca del consumo diferenciado de la pornografía entre hombres y mujeres, mostrando que “la edad media es de 12 años de manera global (antes de los 12 años para los chicos y los 12 años y medio para las chicas” (Save the children, 2020).
Las nuevas tecnologías no han sido indiferentes a esta problemática;, ya que con su aparición, desarrollo y acceso generalizado, han contribuido a disminuir la edad del primer contacto con la pornografía. Como dificultad adicional, se muestra que niños, niñas, adolescentes y jóvenes ven como fuente primaria de información al internet, antes de acudir a su familia, o personal docente.
Lo anterior evidencia un problema estructural, que va desde la falta de confianza al interior de las familias para resolver dudas acerca de la sexualidad, hasta la falta de una educación sexual transversal suficiente que resuelva las dudas de este tipo del alumnado.
¿Por qué se consumen pornografía como primera fuente de información?
Como en otras situaciones las motivaciones para el consumo de pornografía difieren entre hombres y mujeres. En el informe Save de Children 2020, se concluyó a partir de los testimonios de los y las participantes, que: los chicos consumen pornografía que está diseñada para ellos, a través de la que satisfacen «necesidades instintivas», las chicas se adentran en la pornografía como método para «aprender» qué se espera de ellas (gestos, posturas, etc.).
Por otro lado, se muestra que el consumo de pornografía también se da para lograr la búsqueda de referentes, y de aquello que les atrae. Lo anterior reviste un problema en la medida que los modelos que muestra la pornografía son principalmente heterosexuales y de género binario. De acuerdo con lo anterior, algunos jóvenes pueden crear un imaginario donde se les exige encajar en una sociedad heterosexual.
Uno de los motivos que condiciona el consumo de pornografía es el estar en pareja, a este respecto Save the Children 2020 señala que, si están en una relación, el consumo se reduce o cesa por completo, no sienten la necesidad de recurrir a ella. En los grupos de discusión se revela que la pornografía sustituye al «sexo real». Existe un imaginario social, que señala que el ver pornografía teniendo pareja es algo negativo, una idea que refuerza la problemática relacionada con el sentir a la pareja como algo que pertenece, y consumir temáticas con contenido sexual se ve como una forma de “infidelidad”.
Podemos concluir que, la pornografía se esgrime como otro medio patriarcal que cosifica el cuerpo de las mujeres. De múltiples formas, refuerza ideas de posesión, sometimiento y disponibilidad de las mujeres para complacer a los hombres. Lo anterior se crea al tomar a la pornografía como referente de cómo “debe” ser una relación sexual, estructurada a partir de la desventaja del disfrute de las mujeres.
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Esta noticia forma parte de la campaña que se lleva a cabo con motivo del día 28 de mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.