Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”.
La crisis provocada por la pandemia del Covid-19 está generando consecuencias sociales y económicas para todas las personas y en especial para las mujeres, si consideramos que están en primera línea de respuesta y muchas de ellas relacionadas con los cuidados.
En este sentido, destaca la importancia del trabajo en cuidados que, en los sistemas de salud y en los hogares, permite salvar vidas y sostener los hogares en plena pandemia. Al estar centralizado en la mujer la expone más, ya no solo al contagio, sino a sobrecargas de trabajo no remunerado y el menoscabo de sus derechos, contribuyendo a la desigualdad económica y de género.
Si miramos hacia la nueva normalidad, es evidente que sin políticas de cuidado, esta alternativa sería insostenible. En la actualidad y a nivel mundial, la mayoría de las contribuciones al cuidado son realizadas desde el ámbito doméstico, de manera no remunerada, y por las mujeres.
Consciente de la problemática que existía antes de la pandemia, ONU Mujeres y CEPAL realizaron un estudio que fundamenta la necesidad en América Latina y el Caribe, de sistemas integrales de cuidados para el logro del empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, más cuando en esta región de 18 países, los cuidados puede convertirse en un elemento clave para la recuperación de la economía, por ser un generador directo de empleo que no deja a nadie atrás.
 Autoría / Editado por: ONU MUJERES / NU. CEPAL |
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Principales resultados:
- El reconocimiento de los cuidados como un trabajo esencial para el sostenimiento de la vida, la reproducción de la fuerza de trabajo y de las sociedades, generan una contribución fundamental para la producción económica y el bienestar, pero la actual distribución de las responsabilidades de los cuidados es sumamente desequilibrada, recayendo principalmente en los hogares y siendo realizada mayoritariamente, de manera no remunerada, por las mujeres.
- En América Latina y el Caribe, un quinto de la población trabaja en sectores vinculados al cuidado– en sentido amplio- de forma remunerada. El sector constituye más de un tercio del empleo femenino. Además este trabajo muchas veces se realiza en condiciones laborales precarias, en situaciones de violencia o acoso y/o con penalizaciones en la remuneraciones que profundizan las brechas salariales. Algo más de la mitad de los 126 millones de mujeres que conforman la fuerza laboral femenina en América Latina trabaja en condiciones de informalidad, lo que implica bajos ingresos y una falta de protección y derechos.
- Con relación a la crisis del Covid-19 y la crisis de los cuidados preexistentes, si no se propician cambios en el mercado laboral para facilitar la conciliación entre trabajo remunerado y responsabilidades de cuidados de las familias, ni se aborda de manera urgente la reorganización social de los cuidados para promover la corresponsabilidad entre el Estado, el sector privado, la comunidad y los hogares; será imposible que muchas mujeres retomen las actividades para la generación de ingresos y reincorporarse a la actividad económica remunerada.
- La construcción de sistemas integrales de cuidados, a la par que un factor fundamental para el logro del empoderamiento, la autonomía de las mujeres y la igualdad de género, es un elemento clave de la recuperación socioeconómica, siempre que se coloquen las políticas de cuidados en el centro del diseño y la implementación.
- Como recomendaciones inmediatas para la implementación de políticas de cuidado en el mediano y largo plazo, tenemos:
- Crear sistemas de cuidado, robustos, resilientes, diseñados e implementados desde un enfoque de género
- Invertir en infraestructura de cuidados y en tecnología y sistemas de transporte que ahorren tiempo
- Transformar mercados laborales para permitir la conciliación del trabajo remunerado y cuidados no remunerados, fomentando la corresponsabilidad social
- Integrar la variable de los cuidados en la planificación y diseño de las políticas macroeconómicas
Recomendaciones:
Con ocasión de la crisis sanitaria, se hace un llamado a los gobiernos a colocar los cuidados en el centro de sus respuestas al COVID-19, creando paquetes de incentivos y recuperación, promoviendo sistemas integrales que aseguren el acceso al cuidado de las personas que lo requieren al mismo tiempo que garantice los derechos de aquellas que los brindan.
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