Actividad realizada como parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 19 de junio, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, en el marco del proyecto “Voluntariado por la Igualdad”, gracias a la financiación con cargo a la asignación tributaria del 0,7% IRPF en el ámbito de las competencias autonómicas de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía.
En 2015, la Resolución 68/293 de la Asamblea General de Naciones Unidas, recogió el 19 de junio como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, cuyo objetivo principal es la de concienciar sobre la necesidad de poner fin a la violencia sexual relacionada con los conflictos, honrar a las víctimas y a los/as supervivientes de la violencia sexual de todo el mundo.Des
Desde Fundación Mujeres lanzamos la campaña #19JenAcción contra la violencia sexual en los conflictos armados. Esta acción tiene como fin hacer visible la situación que viven y han vivido a lo largo de la historia mundial las mujeres y niñas en los conflictos bélicos, puesto que estas son objeto de actos de violencia sexual, como la violación, la esclavitud sexual, la prostitución forzada, el embarazo forzado, la esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual.
Este tipo de violencia es usado como método de guerra deliberado y planificado mediante el cual se humilla, domina, atemoriza, dispersa o distrae a los y las civiles rivales entre los distintos países en guerra. Desafortunadamente, aunque esto afecte a toda la población, una vez más son las mujeres las que sufren las consecuencias de la violencia estructural que existe en nuestro planeta.
Como resultado de esto, los efectos negativos se transmiten de generación en generación, a través del trauma, el estigma, la pobreza, la mala salud y los embarazos no deseados, provocando que los niños y niñas concebidos por violación en tiempo de guerra, acaben teniendo problemas de identidad y pertenencia décadas después de que se hayan callado las armas.
“Los conflictos armados son devastadores. Provocan deshumanización, aniquilamiento de poblaciones, éxodos masivos… Y exacerban la violencia sexual, que se impone por la fuerza o bajo intimidación, con opresión psicológica, amenazas de detención o abuso de poder. Pero de esto se habla menos [...]”
Aprobación del periodo extraordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para abordar los casos de violencia sexual en Israel y los territorios ocupados de Palestina
El pasado día 20 de mayo se llevó a cabo el periodo extraordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el cual va a actuar abordando las violaciones en Israel y los territorios ocupados de Palestina. Kevin Whelan, representante de Amnistía Internacional ante la ONU en Ginebra, ha declarado:
“Un periodo extraordinario de sesiones puede ayudar a garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de Derechos Humanos cometidas incluso en caso de que haya un alto el fuego y después de que terminen las actuales hostilidades. Debe abordar los posibles crímenes de guerra en Gaza, incluidos los mortales ataques contra hogares palestinos y la destrucción deliberada de bienes de carácter civil, así como los disparos indiscriminados de cohetes por parte de grupos armados palestinos contra centros de población israelí. El periodo de sesiones debe abordar asimismo las causas fundamentales del conflicto, incluidos los asentamientos ilegales israelíes, el bloqueo de Gaza y el desalojo forzoso y el desposeimiento de familias palestinas, como las de Sheikh Jarrah, en el Jerusalén Oriental ocupado”.
El Consejo de Derechos Humanos aprovechará el periodo extraordinario de sesiones para establecer un mecanismo de investigación que pueda recopilar y preservar pruebas de crímenes y violaciones de derechos humanos, que apoye la investigación en curso de la Corte Penal Internacional y que se coordine con ella. Juntas, estas instituciones deben hacer cuanto esté en su mano para romper el círculo de décadas de impunidad que impregna la crisis de Israel y los Territorios Palestinos Ocupados.
Mujeres en los conflictos armados: consecuencias
Los enfrentamientos bélicos han cambiado considerablemente a lo largo de los años y, del mismo modo, también lo han hecho sus consecuencias. Actualmente el porcentaje de víctimas es mayor en cuanto a mujeres, niños y niñas. Ya no solo sufren las consecuencias del patriarcado y del capitalismo, sino también del militarismo y las hostilidades, las cuales recaen sobre ellas.
Una guerra no acaba cuando se detienen las balas y las bombas; la situación del postconflicto es otra parte muy dura e invisibilizada de los conflictos armados. Muchas instituciones reconocieron y condenaron la violencia sexual como un crimen contra la humanidad y hasta hace unos años no se la comenzó a reconocer como un arma de guerra, incluyendo las violaciones masivas como estrategia de dominación. A pesar de esto, las violaciones solo son una parte de la violencia sufrida por las mujeres, a esta se les puede añadir la prostitución forzosa y el comercio sexual, la violencia intrafamiliar y psicológica, los embarazos forzados… todos ellos delitos que afectan la dignidad personal.
Hemos de tener en cuenta cómo cambia la vida de una mujer en el transcurso del conflicto: se producen graves fracturas en el entorno familiar, desde la muerte de sus personas allegadas (en muchos casos sin posibilidad de llevar a cabo el duelo) a la precariedad absoluta. Las mujeres deben asumir la responsabilidad de pasar a ser la cabeza de familia en situaciones de extrema pobreza, de inseguridad alimentaria, prestar ayuda para la cura de personas heridas, etc.
En los casos de mujeres que han sido desplazadas o repudiadas, se le suman problemas emocionales a causa de las muertes, la vulnerabilidad, la soledad, el racismo y las responsabilidades sociales, pero también otros factores como el silencio y el olvido que las rodea. Son ignoradas en el preconflicto, la preparación de la guerra es del dominio masculino, su oposición al enfrentamiento bélico es ignorado. Invisibilizadas durante el conflicto, a pesar de ser las encargadas de sostener el sistema social; y ninguneadas y olvidadas en las negociaciones del postconflicto y en la reconstrucción de la dañada sociedad.
Actualmente y con la presencia por segundo año consecutivo del COVID-19, se han dado lugar nuevos hechos de violencia sexual en lugares afectados por conflictos y violencia. También ha habido una disminución de los servicios disponibles tanto a víctimas como a supervivientes. Esto ha causado un gran retroceso en los avances logrados en materia de prevención y atención de la violencia sexual. Por otro lado, el sistema de vacunación en los países desarrollados se está llevando a cabo favorablemente, pero a día de hoy poco se desconoce de si han llegado a estos países estas medidas sanitarias o por lo contrario, una vez más van a caer en el olvido y la invisibilización.
Para más información consulta los siguientes enlaces:
- Violencia sexual relacionada con los conflictos: Informe del Secretario General
- ONU: La violencia sexual como “táctica de guerra” Informe del Secretario General alerta sobre violaciones, esclavitud sexual y matrimonios forzados
- Conflictos armados
- Israel y los Territorios Palestinos Ocupados: Avance histórico, la fiscal confirma el inicio de una investigación de la CPI | Amnistía Internacional