Por María Jesús Muñoz Pardo – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
Uno de los mayores retos que tienen las Unidades de Igualdad es darse a conocer, difundir su rol entre estudiantes, personal docente, personal administrativo, personas invitadas, etc.
Las Unidades de Igualdad fueron creadas en las universidades españolas para luchar contra los estereotipos, la desigualdad entre mujeres y hombres, y el ejercicio del poder sexista que pueda desembocar en situaciones de acoso y/o violencia de género en el ámbito universitario.
Las Unidades de Igualdad cuentan con un Plan de Actuación que les tiene que ayudar a traducir ideas y teorías en nuevas prácticas y comportamientos. El primer Plan de Igualdad de la Universidad de Murcia se firmó en el año 2013 y se pensó para ser revisado al concluir el 2015.
Contiene 57 acciones concretas. El eje primero aborda cuestiones Política Universitaria de Igualdad concretándose en su Objetivo 3 las siguientes:
- ACCIÓN 3.2: Realizar acciones formativas para identificar las situaciones de desigualdad, de violencia de género, acoso sexual y acoso por razón de sexo dirigidas a PAS, PDI y alumnado.
- ACCIÓN 3.3: Colaboración de la Unidad de Igualdad en el seguimiento del vigente Protocolo de actuación de la Universidad de Murcia para la resolución de conflictos interpersonales y para la prevención del acoso, y en la elaboración del futuro plan de prevención de riesgos psicosociales previsto en el citado Protocolo.
La actuación de la Comisión de Igualdad como mediadora en un conflicto sexista o para iniciar un proceso de denuncia de acoso precisa que una persona de la comunidad universitaria presente una denuncia.
Se han dado casos en los años 2016 y 2018 donde las personas acosadas contactan en primer lugar con la delegación de alumnado y/o la portavoz de estudiantes. Incluso se han enviado al buzón de sugerencias, destinos inadecuados, por quedar fuera de lo establecido por los Protocolos de Igualdad. Esta desinformación ha generado confusión y lo que es peor mucha desconfianza hacia los responsables universitarios por parte en este caso de la comunidad estudiantil, que decidió acudir a la prensa y medios de televisión para denunciar los hechos. Lo demuestran estas palabras del Director de la Unidad de Igualdad de la UGR recogidas por Pikara magazine
“Me preocupa que la crítica, al margen de que no se ajuste a la realidad, está generando una desconfianza en la universidad y una duda en el protocolo que al final se traduce en que las propias víctimas nos llamen preocupadas por sus circunstancias, como ya nos ha ocurrido”, explica respecto a este caso Miguel Lorente, director de la Unidad de Igualdad. Según sus palabras, ninguna de las estudiantes que contaron sus historias había dirigido una queja a la Unidad de Igualdad, de modo que no entiende cómo podían criticar un protocolo que nunca habían intentado poner en funcionamiento».
¿Cómo se pueden mejorar la comunicación entre los miembros de la comunidad universitaria?
Una buena apuesta, es la que hace la Universidad de Murcia (Protocolo de actuación frete al acoso aprobado en 04-2018), vincular al colectivo de estudiantes incorporándolos al equipo de diseño de la nueva campaña formativa/informativa.
Se trata de estudiantes del taller de formación teatral de la Universidad que han recreado situaciones que ejemplifican el acoso. Las dramatizaciones se han realizado y filmado en los pasillos y escaleras de la propia universidad. Algunos de estos vídeos se incluyen en la campaña, que consta también de unas viñetas que describen comportamientos que son denunciables como acoso y que están tan normalizados en la vida cotidiana que son difíciles de reconocer.
Se van a repartir más de 10.000 folletos y carteles con ilustraciones reveladoras, como la de una chica envuelta en el cable de su teléfono móvil -en referencia al acoso en redes, que ha aumentado-, inundarán los campus.
En palabras de Eva María Rubio Fernández, directora de la Unidad para la Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Universidad de Murcia:
«Este documento es necesario para que la institución pueda actuar de forma rápida y eficaz ante estas denuncias y es importante porque aporta claridad sobre las posibles medidas y actuaciones a adoptar, algo que es un aspecto fundamental para las víctimas, la parte que se encuentra en la posición más vulnerable en estas situaciones» (Fuente La verdad.es)
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