Atención a las víctimas de violencia de género durante el confinamiento

El pasado viernes 13 de marzo conocíamos la declaración del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del estado de Alarma en el que nos encontramos actualmente, y que entró en vigor el sábado 16 con su publicación en el Boletín Oficial del Estado. El Real Decreto recoge la limitación de la libertad de circulación de las personas durante la vigencia del estado de alarma -quince días naturales- salvo algunos supuestos que se recogen en dicho documento, con el objetivo de frenar el contagio de la COVID-19.

Este estado de alarma sanitaria ha conllevado el confinamiento en los hogares de muchas personas. En este escenario, es urgente considerar la situación en la que se encuentran las mujeres víctimas de violencia de género, así como sus hijas e hijos, que con motivo del cierre de centros educativos también se encuentran en este confinamiento, u otras personas en situación de dependencia a cargo de las mujeres víctimas.

Con el mismo objetivo, determinados recursos también han sido cerrados o limitados, tales como centros de la mujer o diversas asociaciones. No obstante, de forma general, los servicios de urgencia y casas de acogida permanecen abiertos. La Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género y otras entidades especializadas enfatizan el mantenimiento del funcionamiento de los teléfonos de atención, tales como el 016, que atiende durante las 24 horas; los números autonómicos, y los números específicos de las diversas organizaciones.

De esta forma, y en la medida de lo posible, las citas, atenciones psicológicas y asesorías jurídicas, se harán por vías telemáticas como la vía telefónica, para fomentar la prestación de los servicios evitando el riesgo de contagio. No obstante, cada municipio tiene autonomía sobre este asunto. Por ejemplo, en Madrid, mayor foco de contagio del país en la actualidad, el Ayuntamiento ha suspendido las intervenciones grupales de los puntos de violencia de género, pero mantenido las individuales en los domicilios, salvo en caso de que resida en el mismo alguna persona contagiada; así como el servicio de atención 24 horas para casos de emergencia.

Por su parte, en Castilla-La Mancha se mantendrán abiertos los recursos de acogida con algunos cambios en el funcionamiento, de forma que se suspenden las actividades comunitarias y se reducen las salidas a aquellas imprescindibles. Asimismo, en algunas zonas como Euskadi, se han activado protocolos por los cuales las trabajadoras contagiadas por el coronavirus sean sustituidas durante la baja, garantizando así que la atención a las víctimas se siga prestando.

En un contexto como este, es importante que aquellas mujeres que estén sufriendo violencia de género, sepan que van a seguir siendo atendidas, y que conozcan los diferentes teléfonos y recursos que tienen a su disposición.

Teresa Pulido, trabajadora social de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, explica la preocupación por los efectos y consecuencias de esta situación en las mujeres víctimas «Muchas tendrán que convivir durante más tiempo y más seguido con su maltratador, y en una situación de tensión«. Del mismo modo, señala que «Los servicios de emergencia de los ayuntamientos deberían seguir disponibles y el 016 debería ser reforzado igual que ha sucedido con las plantillas de otros números de atención«. Con el mismo objetivo de garantizar la protección a las mujeres que lo necesiten, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continuarán prestando su servicio y los juzgados podrán seguir emitiendo las órdenes de protección pertinentes.

De esta forma, no solo se requiere que se siga prestando la atención y el apoyo a las mujeres, e incluso que se refuercen los recursos telefónicos, sino también aumentar la difusión de la información de los mismos para que pueda llegar a todas las mujeres que puedan necesitarlo. «Hay que decir a las mujeres: si estás en cuarentena y vas a tener que convivir con tu agresor, no estás sola. Llama y pregunta, estamos aquí«, afirma Cristina Gil, psicóloga y educadora social en un servicio de emergencia que atiende a mujeres víctimas de violencia de género en Gran Canaria.

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