Por Silvia Soto Ruiz – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
«Los grandes retos del siglo XXI son, por una parte, la sostenibilidad física del planeta y, por otra parte, la sostenibilidad de la dignidad en el planeta, a través de la ética feminista«. Con esta afirmación, Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, terminaba su discurso de apertura del Congreso Internacional «Beijing+25: logros, carencias y desafíos en la Unión Europea», celebrado en Madrid el pasado 28 de septiembre de 2019.
Organizado conjuntamente por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades y por la sociedad civil, en este Congreso se dieron cita tanto instituciones como organizaciones feministas. La jornada tenía como objetivo convertirse en un foro intermedio para el proceso de evaluación mundial de los avances y desafíos de la aplicación de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, en el contexto del examen quinquenal del periodo 2014-2019.
BEIJING, «EL PLAN MÁS PROGRESISTA» PARA PROMOVER LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
A lo largo del tiempo, la ONU ha organizado 4 Conferencias Mundiales de la Mujer, celebradas en México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995). Según ONU Mujeres, la Plataforma de Acción de Beijing -documento intergubernamental elaborado por representantes estatales, con las aportaciones de la sociedad civil y adoptada de forma unánime por 189 países- «es el plan más progresista que jamás ha existido para promover los derechos de la mujer«. Precisamente por ello el año 2020, como afirmó la embajadora finlandesa Tiina Jortikka Laitinen en el Congreso, será un «año muy especial porque estará dedicado a la celebración del 25 aniversario de la Plataforma de Acción de Beijing«.
No obstante, tal y como se fue remarcando en varias ocasiones durante toda la jornada, 2020 no solo será un año de conmemoraciones por Beijing+25. El año 2020 también será el 20º aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre las Mujeres, la Paz y la Seguridad; el 10º aniversario de la creación de ONU Mujeres y el 5º aniversario de la Agenda 2030, que pone la igualdad de género en el centro del desarrollo sostenible.
2020, UN AÑO DE REUNIONES INTERNACIONALES EN EL MARCO DE BEIJING+25
En el marco de todas esas conmemoraciones, especialmente de Beijing+25, 2020 será un año de actos de carácter internacional en materia de igualdad. De hecho, Alia El-Yassir, directora de la Oficina Regional de ONU Mujeres para Europa y Asia Central, recordó que ONU Mujeres presentará los resultados de todas las evaluaciones que se están llevando a cabo en este sentido, durante el 64º período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CWS 64), prevista para marzo de 2020 en Nueva York.
Por su parte, México y Francia, que copresidirán el Foro para la Generación de Igualdad en 2020, también estuvieron presentes en el Congreso a través de Anne Louyot, consejera de cooperación de la embajada francesa, y Roberta Lajous, embajadora de México. Este foro, convocado por ONU Mujeres y que también contará con la participación de la sociedad civil, se celebrará en mayo y julio de 2020 en la Ciudad de México y en París respectivamente. Estas dos cumbres serán preparatorias del encuentro sobre Beijing+25 que tendrá lugar el 23 de septiembre de 2020 en Nueva York, en el contexto del 75º Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
En el Congreso participaron también representantes de las embajadas de Finlandia, Croacia y Alemania, países que, respectivamente, ocupan en la actualidad y ocuparán el año que viene, la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Estos países están coordinando sinergias para una estrategia en la UE, de cara a la necesidad de una agenda común que apueste por la igualdad de género.
BEIJING: UN HITO HISTÓRICO QUE SIGUE SIN CUMPLIRSE
25 años después de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, ha habido avances en materia de igualdad que hay que poner en valor, pero, al mismo tiempo, siguen quedando grandes desafíos por delante y muchos retos por conseguir. De hecho, muchas de las ponentes, especialmente provenientes de la sociedad civil, recordaron que no todo está conseguido. Esto da testimonio de la relevancia de las organizaciones feministas en el seguimiento e implementación de la Plataforma de Acción de Beijing, y demuestra el impulso que únicamente la participación de estas puede darle a todo el proceso de Beijing+25.
Por último, los grandes retos expuestos en el Congreso deben ser afrontados sin perder de vista dos cuestiones. Por un lado, que «Beijing nos pertenece a todas, también a todos los hombres que, por demócratas, nos acompañan y saben que la lucha de la democracia tiene que ver con la lucha nuclear de la igualdad de género«, tal y como afirmó Carmen Calvo. Y, por otro lado, que «nuestra fuerza está en el activismo«, como aseguró Soledad Murillo, secretaria de Estado de Igualdad, en la clausura del Congreso.
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