La igualdad de género en Arabia Saudí: un largo camino por recorrer

Arabia Saudí destaca por ser uno de los países del mundo con mayor brecha de género. Recientemente, el príncipe heredero del país, Mohamed bin Salman, ha llevado a cabo una campaña de liberación del régimen que incluye más derechos para las mujeres.

Desde junio de 2018, las mujeres de este país pueden conducir libremente, y desde hace unos meses no necesitan la autorización de un guardián masculino para salir al extranjero, para abrir cuentas bancarias, obtener un pasaporte o para registran un nacimiento, matrimonio o divorcio. Este un claro ejemplo de que las leyes relativas a la igualdad de género, que la sociedad tiende a naturalizar, cambian constantemente en el espacio y en el tiempo.

A pesar de estas mejoras, las mujeres de Arabia Saudí todavía están sometidas a muchas restricciones. Una de ellas es la del sistema de tutela masculina, que cede a los varones de la familia: maridos, padres, hermanos, o incluso hijos, la autoridad en la toma de las decisiones en sus vidas. Así pues, necesitan el consentimiento de estos para poder realizar un gran número de actividades o procedimientos.

Amnistía Internacional ha denunciado que varias mujeres saudíes están detenidas desde mayo de 2018 por haberse manifestado contra el sistema de tutela masculina, o por haber hecho campaña contra la prohibición de que las mujeres conduzcan en Arabia Saudí.

Cuando comenzó el juicio en marzo, varias denunciaron abusos sexuales y torturas, como descargas eléctricas o flagelaciones, durante los primeros meses de detención. Aunque siete de ellas fueron puestas en libertad provisional y con condiciones, otras cuatro siguen detenidas.

Asimismo, a pesar de los recientes avances en materia de igualdad, las mujeres deben estar acompañadas de sus tutores masculinos al emitir su voto, siguen necesitando su permiso para salir en libertad de la cárcel o abandonar un refugio en el que hayan buscado protección por sufrir abusos o violencia en el hogar, y también tienen que contar con la aprobación de su tutor para casarse o para acceder a la educación universitaria.

Con respecto a la violencia de género el sistema de tutela deja a las mujeres en una situación de vulnerabilidad, ya que una mujer que ha sufrido abusos dentro de su hogar necesita el consentimiento de su guardián para poder denunciarlo.

Por último, cabe destacar que, aunque la reciente apertura al turismo ha ido acompañada de la aprobación de unas nuevas normas de indumentaria que permiten que las mujeres extranjeras lleven un “vestuario modesto”, las mujeres sauditas deberán seguir utilizando abaya y velo. En este sentido, una de las funciones de la policía religiosa saudí, mutawa, es asegurarse de que las mujeres vistan de manera apropiada en los lugares públicos, penalizando de diferentes maneras a las que no lo hagan.

Sin duda alguna, a pesar de estos pequeños avances, todavía se necesitan reformas más amplias y medidas legislativas que garanticen los derechos de todas las mujeres saudíes.

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