Los enemigos públicos

Por Lucía Alba López Rodríguez- Equipo de Trabajo del Observatorio de Violencia. 

 

El actual alcalde de Alcorcón y diputado autonómico del PP, David Pérez, compareció públicamente para defenderse de lo que, según él, ha resultado algún tipo siniestro de campaña “urdida para desprestigiar su trabajo” por parte de quienes “no lograron derrotarlo en las urnas”. Sus palabras sin embargo, resultan drásticas y contundentes, y no imaginamos ningún contexto diferente, en el cual pudieran interpretarse como tolerables (entre otras cosas, dice de las feministas que a veces, resultan mujeres «frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas como personas”).

Es ya sobradamente común esta forma de eludir responsabilidades por parte de diferentes cargos públicos, que cometen el error de opinar desde la más supina de las ignorancias (a propósito, vuelva a echarle un ojo a las reivindicaciones del feminismo radical). Definitivamente es mucho más fácil, tildar las ideologías de totalitarias, más aun cuando esas mismas exigían lo que su gobierno nos ha estado negando con tanta desfachatez.

Resulta indignante que nuestras instituciones se vean tristemente pobladas por tales individuos, pero resulta aun mas escandaloso pensar que son ellos, precisamente, los mismísimos encargados de administrar y gestionar los recursos y esfuerzos destinados a nuestro bienestar social.

Una vez obrado el desastre lo menos malo hubiera sido reconocer la metida de pata,  y finalmente así fue, sin embargo no dejó pasar la ocasión para insistir una vez más en las malintencionadas voluntades de aquellos que relanzaron sus declaraciones. El edil ha manifestado una escandalosa indignación, convirtiendo su torpeza en el motivo de una conjura política orquestada por “oscuras fuerzas”,  que trabajan a conciencia para procurar su desgracia.

El ensimismamiento y la manifiesta impunidad de estos mal llamados “representantes” nos informan debidamente sobre las nulas intenciones que demuestran como servidores públicos. Con líderes así, para qué habríamos de necesitar enemigos.

Disculpa señor Pérez si acaso se ofende porque andan por ahí exigiéndole responsabilidades políticas, pero ya somos muchxs (cada vez más) lxs que vamos uniendo esfuerzos para que la arena política deje de ser el patio de recreo de nuestros peores enemigos públicos.

 

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