Violencia machista y menores: la urgencia de protección de la infancia

El pasado 21 de marzo nos sacudía el cuerpo la noticia de un padre que asesinaba a su hija e hijo, una niña de 8 años y un niño de 13, y pocos minutos después se suicidaba arrojándose a las vías del tren a su paso por Getafe, Madrid, localidad en la que residían. Él mismo portaba una nota en la que confesaba el asesinato. La madre no se encontraba en el domicilio familiar en el momento de los hechos.

Diversas fuentes han hecho público que la pareja se encontraba en trámites de separación y que este podría ser el móvil del doble parricidio, que se recogería dentro de lo que  se reconoce como violencia vicaria, en la que la violencia contra la mujer se ejerce a través de la violencia sobre terceros, causando un daño irreparable a ésta, pues difícilmente la madre se repondrá de la muerte de sus hijos e hijas. 

En este sentido, entendemos las palabras de la Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, que señalaba que se preveía que sí que se tratara de un asesinato por violencia machista.

Y es que la violencia de género ejercida desde la violencia sobre terceros no es nueva; ya en noviembre de 2017, el Defensor del Pueblo llamaba al «esfuerzo colectivo para atajar estos sucesos», que en ese año se cobró la vida de 8 menores, destacando que sólo en uno de los casos mediaba denuncia previa. El total de casos desde que se recogen estadísticas (2013), es de 23 niños y niñas asesinadas como herramienta para dañar a sus madres. 

No obstante, señalan expertas como Inmaculada Montalbán, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y expresidenta del Obsevatorio Judicial de Violencia de Género que, en España, todavía no existen estudios que visibilicen la dimensión real de la situación de las y los menores víctimas de violencia de género, pues sólo se recogen datos de los niños y niñas asesinadas y de las que quedan huérfanas, despareciendo totalmente de las estadísticas en los casos de malos tratos continuados o puntuales, abusos, amenazas, insultos o impacto psicológico, datos que deberían ser tenidos en cuenta para erradicar los asesinatos de niños y niñas por sus padres durante el régimen de visitas.

Recordemos que el Pacto de Estado contra la Violencia Machista, aún pendiente de presupuesto, incluye medidas de protección a la infancia y el reconocimiento como víctimas de violencia machista a las madres de los hijos e hijas asesinados por violencia de género.

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