#28M Falta de investigación sobre la salud de las mujeres

Este artículo forma parte de la campaña de activismo #28M de Fundación Mujeres con motivo de la conmemoración del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres.


Por Esther Morales Ortega – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia

¿De verdad, en algún momento nos vamos a preocupar seriamente de la salud de las mujeres en otros ámbitos distintos del tratamiento e investigación de los órganos y hormonas relacionados con su ámbito reproductivo?

Podemos comenzar  hablando de una evidencia, la violencia contra las mujeres es un problema de salud pública, con signos alarmantes sobre la  gravedad de los efectos nocivos que actualmente les infiere en su salud mental, física y reproductiva. Nos encontramos ante un fenómeno con un alto potencial victimizador, tal y como afirma la ONUOtro dato  impactante es que el feminicidio es la principal causa de muerte entre las mujeres de entre 15 y 44 años en el mundo,  sin que ello sea considerado como un  asunto prioritario de las agendas de los poderes públicos de los Estados.

La Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (LOVG) declara como prioridad  la conquista de la igualdad, el respeto a la dignidad humana y libertad de las personas. Dicha prioridad se concreta en el Título I ,Capitulo III denominado “Medidas de sensibilización, prevención y detección”, artículos 15 y 16, de los cuales podemos extraer  las siguientes afirmaciones:

«En el ámbito sanitario: Se desarrollarán programas de sensibilización de los profesionales sanitarios y de formación para la detección y diagnóstico precoz de las situaciones de violencia de género, y la asistencia y rehabilitación de la mujer en dichas situaciones (art. 15.2 LOVG). Se introduce esta materia en los contenidos curriculares de licenciaturas, diplomaturas y programas de especialización de las profesiones sociosanitarias (art. 15.3LOVG).

También se prevé la creación de una Comisión contra la violencia de género (dentro del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud) que realice evaluaciones y planificaciones para afrontar el problema (art. 16 LOVG). La mencionada Comisión emitirá un informe anual que será remitido al Observatorio Estatal de la Violencia sobre la Mujer y al Pleno del Consejo Interterritorial (art. 16 LOVG)

La Doctora  Carme VallsLlobet, en su obra Mujeres Invisibles recoge esta demoledora  afirmación:

«La ausencia de investigación específica en la salud de las mujeres ha hecho INVISIBLES para la ciencia médica los aspectos biológicos, clínicos, psicológicos, sociales, culturales y medioambientales de las diferencias«.

Según  La doctora Bernardine Healy que bautizo en 1991 como síndrome de Yentl a la situación de «invisibilidad médica» de las mujeres en el estudio de las enfermedades cardiacas, asociadas mayoritariamente al sexo masculino:

Puede ser triste, pero no sorprendente que las mujeres hayan sido tratadas demasiado a menudo sin equidad en las relaciones sociales, en la política, en los negocios, en la educación, en la investigación y en la asistencia sanitaria”.

Es necesario implementar  la Ciencia de la morbilidad diferencial empezando desde Atención Primaria, programando un protocolo para escuchar, identificar y evaluar los tratamientos con la finalidad de emitir un diagnóstico diferencial de las patologías, más acorde con la salud de las mujeres. Hay que revisar criterios y la  justificación de por qué hay ausencia de mujeres en los ensayos clínicos, de cuál es el motivo de la medicalización excesiva de los procesos naturales como la menstruación o menopausia y de la salud mental, o de qué razones amparan el abandono y la falta de asistencia a los procesos biológicos o sociales que son causa de malestar y fatiga en las mujeres, entre otros aspectos.

Hay que empoderar a las mujeres para que adquieran un mayor control sobre las decisiones y acciones que afectan a su salud.


«Empoderamiento para la salud es el proceso a través del cual, las personas y los grupos, adquieren mayor control sobre las decisiones y acciones que afectan a su salud. Los elementos necesarios para el empoderamiento son la autonomía, la equidad, la autoestima.»
Instituto Andaluz de la Mujer.

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