#8M Las mujeres en los cuidados

Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se va a llevar a cabo con motivo del día 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, en el marco del proyecto “Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato”, gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”


Por Katherine Tamayo Mejía – alumna en prácticas del Observatorio de Violencia

Hoy en día hay un fenómeno que ha crecido a nivel mundial, y es el hecho de que hay muchas familias que se ven en la necesidad de contar con personas que se hagan cargo de un o una familiar en situación de dependencia, en su mayoría, personas mayores. Esta figura de atención socio-sanitaria en el hogar -legalmente conocida como cuidadores/as no profesionales-, puede ser adoptada por un familiar o por una persona externa sin relación de parentesco. Sin embargo, en la realidad nos encontramos que son las mujeres familiares de la persona en situación de dependencia quienes asumen esta labor de cuidadoras no profesionales.

Ante esta situación, las personas se responsabilizan de las labores de cuidado de forma no remunerada y únicamente sustentada en razones de solidaridad familiar, donde su condición de cuidadoras informales les vuelve invisibles en el desarrollo de las políticas sociales.

Actualmente, las mujeres asumen el rol principal de la labor de los cuidados por cuestiones de género, atribuidos a la capacidad innata para los cuidados de las mujeres sólo por el hecho de serlo. Además, se asume como una obligación moral prestar dicha asistencia. La brecha de género en relación a las tareas de cuidado conlleva un mayor impacto en la calidad de vida de las mujeres al poseer menor cantidad de tiempo para ellas mismas y sin posibilidades de remuneración justa por su labor. Es un rol que se va generando de forma paulatina, a veces sin ser conscientes, prestando asistencia a medida que la persona dependiente lo va demandando.

Según el informe de OXFAM «Tiempo para el Cuidado”, no hay ningún lugar en el mundo donde los hombres se encarguen de un volumen de trabajo de cuidados superior al de las mujeres; a nivel global, las mujeres y niñas realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, sin que se reconozca que este trabajo que llevan a cabo aporta un enorme valor a la sociedad y a la economía en todo el mundo. A menudo, las mujeres se ven forzadas a reducir su jornada laboral o a renunciar a su empleo remunerado para poder hacerse cargo del trabajo de cuidados.

¿Derechos?

En España, los derechos laborales para las cuidadoras son generalmente desconocidos por ellas. Las propias trabajadoras, en este caso, informales, no conocen sus derechos y eso repercute, en muchas ocasiones, en el estado de ánimo de la mujer trabajadora. Es claro que las cuidadoras tienen una gran pasión por su labor, pero eso no quita que no deban tener unos derechos, entendiendo esto, no sólo como el hecho de tenerlos, sino de conocerlos y exigirlos, puesto que esto influye de forma positiva en los cuidados de la persona en situación de dependencia y en la calidad de vida de la persona cuidadora.

El Convenio Especial regulado por el Real Decreto 615/2007 propone una medida para apoyar económicamente al cuidador o cuidadora no profesional a través de la adquisición de una prestación económica. Dicha prestación forma parte del Catálogo de Prestaciones y Servicios recogidos en la Ley de Dependencia, la cual no ha estado exenta de críticas en los últimos años por falta presupuestaria del Estado. Todos los beneficiarios y beneficiarias de este Convenio Especial, aparte de recibir una prestación económica mensual, tenían la oportunidad de cotizar a la Seguridad Social sin la necesidad de asumir ningún coste, puesto que lo asumía el Gobierno.

Sin embargo, a causa de la crisis económica, en el año 2013 entró en vigor el Real Decreto 20/2012 por el que los y las cuidadoras de personas dependientes debían asumir íntegramente todo el gasto si querían estar dadas de alta y cotizar en la Seguridad Social; no obstante, desde el año 2019 la cuota correspondiente a los convenios especiales en la Seguridad Social de los cuidadores y cuidadoras no profesionales de las personas en situación de dependencia previstos en el Real Decreto 615/2007, es abonada por la Administración General del Estado. Asimismo, los convenios existentes a esta fecha, 1 de abril de 2019, se entienden subsistentes quedando igualmente la cuota a abonar a cargo de la Administración General del Estado, lo cual es un avance en cuanto al reconocimiento de los derechos de las personas cuidadoras, quienes como ya se ha visto, hacen de esta labor una profesión informal pero con la misma o mayor carga horaria de una profesión formal.

Además de la falta o avance en el reconocimiento de los derechos laborales, desempeñar el rol de cuidadora acarrea una sobrecarga emocional que puede manifestarse en el sentimiento de abandono así misma, aislamiento o culpabilidad por dejar relegadas las vidas personales para la casi total dedicación a otra persona, lo cual puede influir negativamente tanto en las cuidadoras como en el entorno laboral y familiar. Ante tales circunstancias es necesario contar con una red de apoyo entre iguales que permita la expresividad de las emociones y el fortalecimiento de la autonomía propia, así como orientación en casos de crisis.

El trabajo de Fundación Mujeres

Conscientes de la actualidad respecto a las cuidadoras, la Fundación Mujeres desarrolla el proyecto Cuidadanas, dirigido a mejorar la calidad de vida de las mujeres que cuidan a personas en situación de dependencia, a través de un servicio integral de apoyo a Cuidadoras, que contiene guía y orientación, acompañamiento y apoyo personal, social y laboral, como complemento a los recursos existentes en el ámbito de la dependencia.

Este programa está dirigido a todas las mujeres que, de manera no profesional, cuiden, hayan cuidado o prevean que van a cuidar a personas en situación de dependencia y quieran aprender a cuidarse, desarrollar hábitos saludables, mejorar sus relacionales personales y familiares, aprender a manejar sus emociones, reconducir su proyecto vital, o aumentar las posibilidades de conseguir empleo, entre otras. Además de sus servicios, en la página web de Cuidadanas, se encuentran variedad de guías y documentos para descargar de gran utilidad.

Desde Fundación Mujeres, reconocemos y conmemoramos el avance logrado hasta el momento para el reconocimiento de los derechos y la importancia de las cuidadoras, sin embargo, dejamos claro que seguimos en pie de lucha por un mayor compromiso gubernamental, con una mejor regulación que permita a su vez, una atención de mayor calidad para las personas en situación de dependencia, así como una mejor calidad de vida de las cuidadoras.

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