Las redes sociales, nuevos espacios para la explotación sexual

El día de ayer se presentó el Informe Onlyfans realizado por la Federación de Mujeres Jóvenes y financiado por el Ministerio de Igualdad. Este estudio presenta datos alarmantes sobre el uso de esta plataforma como un espacio blanqueado del negocio del sexo.  

La red social de Onlyfans comenzó en 2016 siendo un espacio de promoción del arte independiente. Sin embargo, este objetivo inicial cambio rotundamente el 2018, cuando el 75% de las acciones fueron compradas por Leo Radvinsky. A partir de ese momento, esta plataforma está centrada en la pornografía y la prostitución; al igual que otros negocios fundados, por el millonario, como MyFreeCams. 

 El 97% del contenido difundido en esta red social muestra cuerpos de mujeres y un 3% de hombres. La estrategia de esta plataforma es presentarse como una gran alternativa de empleo, su modelo se adecua a las facilidades de los espacios digitales.  

Los suscriptores, mayoritariamente hombres, de acuerdo con los planes que elijan, pueden ver a mujeres desnudas que sigan por otras redes sociales como Instagram, Twitter, etc. Además, incrementando el monto de dinero pueden entrar en contacto con ellas a través de chats y también solicitar la creación de contenido sexual según sus preferencias. Posteriormente, muchas mujeres incrementan sus ingresos con citas presenciales. 

Patriarcado del consentimiento y la coerción 

Muchas redes sociales maquillan la prostitución como empoderamiento, muchas usuarias mencionan que “son sus propias jefes”. Sin embargo, lo que hacen estas plataformas es vender el empoderamiento a través de la explotación del capital erótico que se da por la pornificación de la cultura (sobre todo presente en el ámbito publicitario), la hipersexualización y la cosificación del cuerpo de la mujer.  

Segú el estudio, la popularidad de esta red social podría deberse a la novedad de la plataforma y la cotidianidad con la que difunde contenido. Muchas mujeres ingresan a Onlyfans debido a su precariedad económica y su escaso acceso a otros trabajos, algunas de ellas son residentes en centro de acogida; es decir mujeres en situación de vulnerabilidad. 

Existen testimonios de mujeres que mencionan que pudieron dejar la plataforma Onlyfans, pero no el estigma. Esto debido a que, todo el contenido que se sube a la plataforma pasa a ser propiedad de esta y así, es imposible borrar la huella digital.  Además, la difusión de las imágenes y videos también se realiza a través de otras redes sociales a través de capturas de pantallas u otras estrategias.  

¿Emprendedores o proxenetas?  

En este modelo de negocio existe los “gestores virtuales” que pueden actuar de manera independiente o de a través de agencias de marketing. Se dedican a captar mujeres para promoverlas por la plataforma de Onlyfans. Existen diversos manuales en YouTube que brindan consejos para ser parte de este “emprendimiento”. 

El estudio, analiza el contenido de algunos de estos videos y menciona que se “(…) utiliza un lenguaje profundamente proxeneta en todos sus vídeos, llegando incluso a plantear el tráfico de mujeres entre diferentes países para mayores ganancias, con la lógica del sistema prostitucional más clásico llevado a las redes sociales (se trata de desplazar virtualmente a las «modelos» a los países más consumidores)” (2024, p.48). 

Por ejemplo, uno de los testimonios recopilados, anima a sus seguidores a disciplinar a las mujeres y se dirige a ellos recalcándoles que es fundamental “tener una ´modelo disciplinada´, [porque] de nada os sirve ser el mejor del mundo, tener ahí un cochazo, si después el motor que viene a ser la modelo no arranca. ¿Vale? Al fin y al cabo, necesitáis una modelo disciplinada” (2024, p.48). 

Recomendaciones 

En la parte final del informe, se plantean una serie de estrategias y recomendaciones para poder frenar este tipo de negocios digitales. Como por ejemplo el fortalecimiento de las políticas sobre trata y proxenetismo y otras que regulen las plataformas digitales y la publicidad. Así también, el uso de la inteligencia artificial para detectar contenido violento y la participación de menores en este tipo de producciones. Y, sobre todo, aprovechar la normativa existente para fortalecer la educación sexual y reproductiva con enfoque de género, debido a que la pornificación en el espacio virtual muchas veces es difícil de identificar como un tipo de violencia. 

Por último, también hace énfasis en la intervención en violencias sexuales digitales en los centros de crisis. Y la formación sobre estas problemáticas por parte del sector educativo, sanitario, servicios sociales y los cuerpos y fuerzas de seguridad, para la prevención e intervención de este tipo de violencia. 

Para descargar el informe consulta el siguiente enlace.

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