Por Katherine Tamayo Mejía – Equipo técnico del Observatorio de Violencia
El Banco Mundial ha hecho un informe sobre la importancia de abordar la violencia de género como un tema prioritario en su agenda de apoyo a los países de América Latina y el Caribe, en el cual se manifiesta lo crucial que es garantizar la plena participación de las mujeres en nuestras sociedades y resolver esta problemática para construir capital humano necesario para un desarrollo sustentable.
Uno de los impactos más negativos de la pandemia de la Covid-19 fue el aumento de la violencia de género en América Latina y el Caribe. El alto número que muestra la Región es preocupante, y las consecuencias físicas y emocionales para quienes la sufren y sufrieron, permanecen como heridas abiertas. La violencia contra la mujer es un problema grave en América Latina y el Caribe que produce daños inmediatos y a largo plazo a las supervivientes, sus familias y la sociedad en general.
La cuarentena, el distanciamiento social y el cierre de oficinas, escuelas y universidades, han dejado a millones de mujeres y niñas en una situación de mayor aislamiento, dependencia financiera y vulnerabilidad. En este último año hubo restricción de servicios de salud, refugios y centros de apoyo legal, y se vio afectada la capacidad de respuesta a emergencia a raíz de la Covid-19.
Entre las medidas propuestas por el Banco Mundial se incluyen servicios remotos de asesoramiento, entrenamiento a trabajadores de la salud para la identificación y derivación de casos, apoyo para mejorar el registro de situaciones de violencia y campañas de comunicación, entre otras iniciativas.
Es necesario un esfuerzo combinado para hacer posible que millones de mujeres de la región puedan acceder a una vida digna, libre de violencia y a servicios de salud, empleo y economía efectivamente; por ello, aunque se han empleado medidas y respuestas para esta problemática, en el transcurso de este año y con la presencia de la pandemia covid-19, se hace inminente una mejora de respuesta institucional a nivel regional, para resolver esta violencia que se convierte en una pandemia silenciosa.
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