Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se va a llevar a cabo con motivo del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y los 16 días de activismo de ONU Mujeres, en el marco del proyecto «Banco de Buenas Prácticas para la prevención de la Violencia de Género y Educar en Igualdad, hacia un voluntariado 2.0 por el Buen Trato«, gracias a la financiación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, a través del IRPF “OTROS FINES DE INTERÉS SOCIAL”
Por José Luis Izaguirre – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
El pasado 14 de noviembre tuvo lugar en el Instituto Internacional de Madrid el XXII Coloquio sobre la mujer, una cita anual que coorganizan el Instituto Internacional de Madrid y la Embajada de Estados Unidos en Madrid para tratar algún tema relacionado con la realidad de las mujeres tanto en España como en EE. UU. Este año la temática ha sido Nuevas configuraciones del acoso escolar.
Michele Ybarra, CEO y directora de Investigación del Center for Innovative Public Health Research, proporcionó los datos acerca del acoso escolar sufrido por las niñas estadounidenses, mientras que Judith Velasco, psicóloga forense de la Universidad de Córdoba ofreció la ponencia titulada También son cosas de chicas: Wollying o acoso escolar desde la perspectiva de género.
El acoso escolar es universal, ya que afecta tanto a niños como a niñas y adolescentes de todo el mundo con independencia de sus características. Para que se produzca, tienen que darse dos condiciones: por un lado, tiene que darse un poder diferencial entre víctima y acosador o acosadora (física, social, económica, racial, etc.), y por otro, tiene que estar repetida en el tiempo. Sin embargo, no hay consenso en la academia para diferenciar el acoso escolar de la agresión puntual, por lo que es muy difícil hacer comparaciones entre, por ejemplo, comunidades autónomas, puesto que los datos ofrecen consideraciones distintas.
La diferencia del acoso entre chicos y chicas en el ámbito escolar se hace más evidente al diferenciar el acoso escolar entre directo e indirecto. Tradicionalmente, los estudios han indicado que el acoso escolar se da en mayor proporción en chicos que en chicas. Sin embargo, se ha podido constatar en estudios recientes, sobre todo a partir de 1994 -cuando se comenzó a introducir la perspectiva de género en algunos estudios sobre el acoso escolar- que las chicas suelen recibir acoso indirecto (incluido el relacional o psicológico) mientras que los chicos reciben más acoso directo o físico. Este hecho hace que el acoso escolar entre chicas sea menos visible, por lo que en muchas ocasiones pasa desapercibida. Las ponentes subrayaron la importancia de tener esto en cuenta a la hora de tratar el acoso para que la actuación sea más efectiva.
Uno de los aspectos que no hay que olvidar del acoso escolar es las consecuencias que tiene. A corto plazo, puede crear ansiedad, somatización y menor rendimiento. A largo plazo puede derivar en complicaciones como trastornos psicoemocionales, distorsiones de los esquemas cognitivos, ideación suicida, o alteración de las relaciones personales.
LA SOCIALIZACIÓN: UN ELEMENTO CLAVE
Un asunto importante del acoso escolar es la socialización. Generalmente, el acoso escolar se da en grupos de chicos y en grupos de chicas de manera diferenciada, aunque también hay casos de acoso escolar de un sexo a otro, que suelen darse más en la adolescencia que en la niñez. Los niños y niñas juegan en el mismo grupo hasta aproximadamente los cinco años y luego se diferencian entre grupos de chicos y grupos de chicas hasta los 15-16 años. Esto hace que se socialicen de manera diferente: comienzan los estereotipos de género y las expectativas de género. Trasladado al medio y largo plazo, el hecho de que los chicos desarrollen ciertas características más violentas y adquieran una masculinidad tóxica tiene una conexión directa con el desarrollo de las actitudes machistas y, por ende, en la violencia machista. Por lo tanto, prevenir el acoso escolar tiene una consecuencia directa con la prevención de la violencia de género.
DOTAR DE HERRAMIENTAS A LA PREVENCIÓN
El encuentro se cerró con la insistencia en la necesidad de perfeccionar los protocolos y programas de prevención del acoso escolar, con la intención de educar en valores como la igualdad de género o la diversidad. Para ello, se subrayó los buenos resultados que está dando el programa KiVa en aquellos países en los que se está implantando.
El programa KiVa contra el acoso escolar -desarrollado por el Ministerio de Educación de Finlandia- es uno de los programas que ha probado ser más exitosos en cuestión de prevención del acoso escolar. Como se indica en la propia web del programa, «KiVa consta de una amplia variedad de materiales. Todos los materiales se dividen en dos grupos de edad: Módulo 1 para niños de 6 a 9 años y Módulo 2 para niños de 10 a 12 años. El módulo 3 está dirigido a adolescentes con edades comprendidas entre los 13 y los 16 años. Cada unidad consta de materiales para docentes, alumnos y padres, e incluye manuales para docentes, lecciones para alumnos, la Guía para padres, gráficos de presentaciones, vídeos, juegos en línea y herramientas de supervisión en línea».
En el gráfico se puede observar la diferencia del número de casos de acoso escolar a medida que se implanta el programa.
Por último, conviene remarcar la importancia de incluir la perspectiva de género a la hora de analizar el acoso escolar. De esta manera, podremos ser más eficaces a la hora de detectarlo y a la hora de prevenirlo.
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