Por Conchi Hernández Cabrero – Equipo de voluntariado del Observatorio de Violencia
Ninguna de las 10 mujeres asesinadas hasta la fecha en el año 2020 había denunciado a su agresor. Para el 13% de las víctimas uno de los motivos principales para no denunciar es el miedo a no ser creídas en el sistema de justicia, y para otro 28% el motivo es la inseguridad tras presentarla. La denuncia es la mejor forma de proteger a las mujeres de la violencia machista, por ello, es importante facilitarla en lo posible garantizando su seguridad mediante una protección integral. Según un informe de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, el tiempo medio para verbalizar la violencia machista y/o denunciar es de 8 años y 8 meses. La mujeres de mayor edad tardan, de media, aún más en denunciar. En el caso de mujeres mayores de 65 años el tiempo medio se sitúa en 26 años y 3 meses.
La Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha comparecido recientemente expresando su preocupación por los asesinatos y anunciando los próximos pasos que se van a dar respecto a la protección efectiva de las víctimas. Para ella «la solución penal no es una solución» ya que argumenta que la violencia de género es un problema social, «la única solución es la igualdad». Por tanto, es necesaria una política de estado integral que implique a todas las administraciones.
Una de las próximas medidas que ha anunciado Rosell es que la administración, a través de los servicios sociales, podrá dar un título habilitante que acredite la situación de víctima de violencia de género sin necesidad de denunciar. La administración en ningún momento interviene con el agresor ya que eso es competencia exclusiva de la justicia. Esta medida tiene como objetivo mejorar la asistencia a las víctimas y acabar con la «bolsa negra» de mujeres asesinadas que no habían denunciado a su agresor. Es imprescindible facilitar tranquilidad y seguridad antes de denunciar tanto desde ámbito social como económico. Para llevar a cabo esta propuesta se convocará próximamente una conferencia sectorial con las comunidades autónomas para coordinar su puesta en marcha.
Otra de las medidas urgentes consiste en un plan de acompañamiento y asesoramiento judicial personalizado recogido en el artículo 139 del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. En este plan, que implica a las diferentes administraciones, se contempla la asistencia de la víctima y sus hijos e hijas con carácter previo a la interposición de la denuncia y durante el procedimiento, y que irá acompañado de medidas de formación obligatoria especializada a todos los y las agentes implicados. Para ello se revisará el Protocolo en el ámbito de los Juzgados competentes en violencia de género, para hacer accesible la información a las mujeres víctimas de violencia de género sobre el itinerario y procedimiento, asegurando el conocimiento efectivo del recorrido judicial, desde el momento en el que se interpone la denuncia hasta el final del proceso.
Los recursos de protección gestionados actualmente desde la Delegación de Gobierno son:
- Los dispositivos de seguimiento telemático. Son dispositivos muy efectivos ya que ninguna de las mujeres que lo llevan ha sido asesinada. La única mujer asesinada por violencia de género con este dispositivo no lo tenía puesto en el momento del suceso.
- El sistema ATENPRO (Servicio Telefónico de Atención y Protección a las víctimas de la violencia de género). Es un dispositivo de telefonía móvil y telecomunicación que permite que las usuarias puedan entrar en contacto en cualquier momento con un centro atendido por personal específicamente preparado para dar una respuesta adecuada a su situación.
- El teléfono 016 es un teléfono gratuito, con atención 24 horas, confidencial y que no deja rastro en la factura del teléfono.
Una de las claves para dar el paso a denunciar consiste en salir de la brutal dependencia emocional a la que esta sometida la mujer. Esta dependencia emocional se construye, fundamentalmente, en la fase del ciclo de violencia que ocurre tras la agresión conocida como la fase de «luna de miel» en la que el agresor hace todo lo posible por parecer la pareja «perfecta» haciendo creer que va a cambiar. Sin embargo, con el transcurso del tiempo los ciclos de violencia cada vez son más cortos.
Para la Delegada del Gobierno «los que no apoyan estas políticas son como los vecinos testigos que no llaman, tienen esa responsabilidad por omisión«
En otras declaraciones, se muestra en contra de «apelar al «reduccionismo y al absurdo del enfoque únicamente penal para acabar con la violencia de género, al igual que con las violencias sexuales. Estamos oyendo demasiadas voces desde la ultraderecha en general que dicen que la Ley no funciona y es tan absurdo como intentar derogar los códigos penales o los códigos de la circulación porque sigue habiendo delitos o siniestros»
En su opinión, «luchamos contra siglos de machismo y de subordinación de la mujer al hombre y hay que pasar a políticas de acción más que a políticas de silencio».
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